Ensayo creativo que aborda el hambre desde un mantel de hule adornado con dibujos de fruta: el alimento queda convertido en metáfora. En esta obra de Antonio José Ponte, se puede apreciar un cuadro de La Habana noventera y sus penurias económicas a través de sus comidas. El autor pinta, por medio de metáforas y breves relatos, la manera en que se percibía que cualquier comida podía ser algo sustitutivo, a causa de la escasez. No sólo invita a valorar un panorama en que la falta de alimentos no sea un problema, sino también a apreciar el arte y gozo que implica comer.