Resaltados con una pluma aguda y sorpresiva, los héroes de estos relatos de José Joaquín Blanco son amantes nómadas que se persiguen precisamente para no encontrarse, testigos aterrados de las pasiones de los otros, suicidas fallidos que regresan a la vida rechazada o recién casados que se enfangan en una luna de miel sonámbula. El humor, la ironía, cuando no el pleno regocijo verbal, hacen de estos relatos –a ratos burlescos, a ratos patéticos–, entrañables fábulas urbanas, como arrancadas de un decamerón de unidad habitacional, con las cuales una sociedad sonámbula trata de vivir sus días como si en verdad soñara.