Canto poético al Tepozteco, a las montañas del mundo, a la soledad y a la comunidad. Aquí, un trepador de montañas y lector de Jünger y Suzuki escribe a un sabio corresponsal, ¿imaginario?, en Japón. Etnógrafo amateur –es decir, amoroso–, Soler Frost nos revela variados datos sobre ese lugar tan extraño y familiar que es Tepoztlán.