El maestro Hénry Diaz construyé de forma ingeniosa y con variados recursos técnicos una pieza poética sobre la resistencia matriarcal en el marco del desplazamiento generado por la violencia.
A través de microrrelatos, Rubén -personaje polifónico- se constituye en murmullos de monólogos interiores de un hombre que encuentra refugio en los campanarios y que se entrega a este estado para no asustarse, para combatir el miedo.
Pero sobre todo ésta es una historia mítica de exaltación a la templanza femenina, en donde las abuelas son depositarias de la sabiduría y la memoria en esta tierra brava; son maestras de las niñas que como María Elvira, se convierten en madres, y sus juegos en el río son ver bajar muertos y contarlos.
El tema social del conflicto armado es tratado con poderosas analogías y todo está coherentemente justificado; los personajes son sólidos, de modo que de nuevo el autor da una lección de pertinencia dramatúrgica, con lo que continúa aportando desde Colombia a la literatura dramática latinoamericana.