En contextos de catástrofes naturales, la coordinación efectiva entre los múltiples actores participantes en la respuesta humanitaria es la tarea más importante, pero también la más difícil para las autoridades gubernamentales. Las crisis naturales suelen rebasar las formas de autoridad y abrir escenarios de urgencia y confusión donde, incluso, la llegada masiva de ayuda internacional proveniente de muy diversas fuentes y organizaciones puede terminar generando una respuesta ineficiente, inapropiada o tardía, desde escenarios desordenados parecidos a un ?carnaval? (pero sin el ambiente festivo, claro está), caracterizados por múltiples actores intervinientes, dispuestos a cooperar, pero manteniendo sus márgenes de independencia y autonomía. Este texto ofrece una aproximación empírica a esta problemática y contribuye a comprender los dilemas de la cooperación en contextos de crisis naturales. A partir del caso aquí estudiado, se podrá observar que la ayuda internacional humanitaria salva vidas, pero la coordinación efectiva es un tema complejo y difícil de alcanzar. Intentar responder a las crisis mediante esquemas de liderazgo, centralizados y cerrados, sin perder espacios de autonomía o de toma de decisiones es irrealizable. Buscar esquemas de coordinación y vinculación más horizontal y predeterminados con agencias de Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y grupos de la sociedad civil es costoso. Y dejar que la respuesta emerja de forma rudimentaria, ad hoc, sin mecanismos claros de coordinación y división del trabajo es irresponsable. Pero, en todo caso, lo que es impostergable es el reconocimiento de que los gobiernos requieren apoyo y acompañamiento técnico de la comunidad internacional.