Hay una metáfora central con la que inicia y cierra esta novela, se trata del corazón, y las palabras que Amanda, la madre distante de la protagonista, dicta a la memoria de su hija para la configuración de la escritura:
Tú también recuerda esto. Que una tarde de San Juan, o una tarde de viento, o una tarde cualquiera que amarré el corazón al corazón de un árbol.