El Bosco fue pintor de santos y monstruos, infiernos y frutas enormes con embudos, así como otras cosas parecidas: siempre muchas. Se considera el primer artista que entra en la Fantasía; ahí se demora y se detiene viendo cada una de las cosas que inventó.
El Bosco goza con las delicias del placer. Gusta de comer frutas gigantes, correr sobre el agua y volar montado en peces. Es feliz sin darse cuenta. El Bosco describe la vida cotidiana como un momento de recreo, donde todos son niños enojados o viejos contentos. Mas El Bosco sabe que la serenidad y la calma, permiten ver todas las cosas como son. Por eso son tan raras. Nadie antes había visto las cosas que sentimos al perdernos en lo que imaginamos bajo las locuras de la realidad invisible.