Es un hecho que todas las Iglesias han colaborado con los poderes en turno, desde el emperador Constantino hasta el clero ortodoxo, bajo Stalin. En esta obra, sin embargo, se muestra que, a partir de los textos bíblicos, el cistianismo, en su relación con la política, dispone a la insumisión, a la disidencia, al simpel rechazo de todo poder, de toda jerarquía.