Este libro integra el conocimiento plástico con un oficio pictórico que permite narrar con el pincel y crear la posibilidad de leer parte de El Quijote en más de una centena de obras distribuidas en esculturas, tintas, dibujos, arte-objeto y ambientaciones. Resultado de cinco años de trabajo para representar con sutil habilidad los pasajes y correrías del Caballero de la Triste Figura y de Sancho Panza. Puede afirmarse que el contenido intrínseco de esta pintura recrea, ameniza su comprensión y hace posible de manera fácil e inteligente la conjunción de imágenes con las letras. Mueve la artista sus personajes con trazos firmes y sui generis creados para alentar a la reflexión más profunda de los textos originales y al tiempo de que se disfruten escenas en movimientos, sin excluir el rigor de no apartarse del texto cervantino.
Cuál es la trascendencia de este volumen único en su estilo y singular en su concepción? El trabajo realizado por Queral se resuelve en un libro fecundo que concilia el espíritu artístico y la profundidad del texto cervantino. Ella lo afirma así: “Yo pinto el Quijote, no lo ilustro”.