Londres, 1886. Verloc es un tendero que vende baratijas y menaje... y también es agente secreto. Vive con su esposa Winnie, su suegra y su cuñado, Stevie, con problemas mentales, a quien Winnie cuida como a un hijo. Los amigos de Verloc —Ossipon, Michaelis y El Profesor— son anarquistas que escriben panfletos revolucionarios. La policía, al corriente de sus acciones, los considera inofensivos. Pero todo cambia cuando Verloc entra en contacto con Vladimir, el nuevo primer secretario de la embajada rusa, miembro de una célula anarquista y empleado por la embajada como agente provocador...
«Al relatar la historia de Winnie Verloc hasta su final anarquista de absoluta desolación, locura y desesperanza, y al contarla como lo he hecho aquí, no he intentado cometer una afrenta gratuita a los sentimientos de la humanidad.» Así se defendía Conrad esta novela ante quienes lo censuraban por haber escrito su relato con tanta crudeza. Lo cierto es que en ella las conspiraciones terroristas y las intrigas políticas y diplomáticas se vinculan tan hondamente con el complejo entramado de motivaciones humanas y perspectivas morales enfrentadas, que la obra supera la condición de novela de intriga y misterio para entrar en la categoría de obra maestra.