ORTIZ DE MONTELLANO GALEAZZI, MARIANA
En cincuenta y dos semanas surge una pasión que como vaho surca dos espejos encontrados, como dos almas que límpidas y refulgentes se miran, se iluminan, se reflejan y se empañan mutuamente.
Igual que los crisantemos, esta pasión nace con la primavera; dice Juan: “Ardo sin quemarme”; “Sumérgete en mi sombra”, responde Cayetana.