Una conmovedora novela sobre la poderosa transformación que supone educar. «¿Viste cuando algo es demasiado? Demasiado bueno, demasiado intenso, demasiado extremadamente único. Bueno, así me dolió. Así es la escritura de Marie Gouiric». Mariano Blatt. Una maestra llega a la escuelita y varias vidas cambian. La de esa decena de chicos siempre con ganas de galletitas y gaseosa, que van del garabato a la letra, de los botones de colores a las cuentas matemáticas, de los piedrazos a la poesía. La de Dylan, que un día se asoma desafiante desde el techo. Y la de ella misma, que apenas recibida ha migrado desde un pueblo del interior y completa su salario como moza. De lejos, la Ciudad parece un castillo. De cerca, es una fortaleza inexpugnable. En ese ida y vuelta, clase a clase la Seño va transformándose. Los chicos crecen, las adolescentes se convierten en madres y Dylan, que rescató a un cachorro de morir ahogado y dio de comer en el pico a un pichoncito, busca sosiego a su profundo dolor de niño que ha caído de su propio nido. Con humor, ternura y una prosa delicadísima, Marie Gouiric nos conmueve desde la primera a la última página y hace que nos preguntemos quién aprende y quién enseña una vez que alguien se entrega de corazón a los demás. La crítica ha dicho: «Marie Gouric teje la voz de una maestra como quien suma hebras amorosas a un tejido común: un manto tendido entre la seño y sus alumnos que logre salvarnos de este mundo. Con dulzura y un corazón abierto, consigue anidar en la experiencia de los cruciales días de formación hasta para enseñar la desobediencia, tallando esa impronta en una lengua nueva». Dolores Reyes «La de Marie Gouiric es una de las voces más potentes de su generación». Gabriela Cabezón Cámara «Una voz muy propia y poderosa». Selva Almada «Cómo sacarle corazón a cada palabra, cómo pensar la dulzura, el cuidado, el afecto, lo amoroso dicho a tiempo que llega a reparar, a proteger, a traer follaje, luz, una mirada paciente del mundo». Katya Adaui «Gouiric no está tan enfocada en hablarnos de ella o de su familia o de sus amigos: más bien los utiliza para mostrarnos por qué los ojos de ella ven lo que ven. Cómo esa historia determina una mirada del mundo que es amorosa, amorosa pero también desafiante, picante y divertida [...]. Por supuesto, esa mirada también se ve en su uso del lenguaje, en su mezcla de lo alto con lo bajo». Tamara Tenenbaum «En la estela de Sara Gallardo y Hebe Uhart, la joven Marie Gouiric propone el lenguaje como otro protagonista. La mirada de Gouiric sobre estos problemas oscila entre el costumbrismo y un realismo del extrañamiento, que suele escapar del lugar común para adentrarnos en los extraños vericuetos de la conciencia humana». Luciano Lamberti, Revista Ñ «Con una prosa delicada, transformadora y poderosa, Gouiric trabaja el lenguaje y honra a las maestras que conoció y que también están en ella». Euge Murillo, Página/12 «Gouiric retrata el conurbano con contundencia y, fiel a sus personajes, consigue que el libro llegue al hueso». Leo Estol, Revista Otra Parte