Finalmente, uno de los dramaturgos contemporáneos más celebrados de la escena alemana se publica en nuestro país.áCon Siete segundos (In God We Trust), Falk Richter pone en práctica el método de la sobreidentificación, tomando en serio de manera excesiva la lógica de los modos de pensar, de los valores y las normas dominantes (en este caso de los Estados Unidos de Bush), lo que da como resultado una obra radical en sus propósitos y políticamente incorrecta.
La obra de Richter se inserta dentro de la corriente de la nueva dramaturgia alemana, que se ha caracterizado por su forma posmoderna: disolución de los caracteres psicológicos, alteración de la función comunicativa del diálogo, aparente ausencia de conflicto y preferencia temática por los efectos que el entertainment, la información comercial o la comunicación política generan en el individuo, cuyo tratamiento (diálogos cortos, sucesión vertiginosa de escenas y lenguaje coloquial directo) se corresponde con el estresante ritmo de las grandes ciudades) y ha sido denominado ´teatro pos-dramático´, ´dramaturgia abierta´, ´teatro que mis tías difícilmente disfrutarán y que a mis primos y sobrinos les atraerá´... Pero más allá de las clasificaciones y de los gustos generacionales, podemos decir que la obra de Falk Richter pertenece a ese teatro que, más que respuestas, provoca preguntas.
Gabriel Figueroa Pacheco.
