La obra compara estrategias narrativas que entrelazan la ficción de los personajes con la realidad de los espectadores. Luigi Pirandello y Vicente Leñero implantan el "teatro en el teatro" gracias a poderosos dispositivos teatrales: la demolición de una hipotética "cuarta pared" que separa al público de los actores; el retrato psicológico de actrices indomables y directores-tiranos; la profecía como recurso recurrente para administrar el futuro narrativo; la imprecisa identidad de actores-personajes; escenografías ambiguas y sugerentes que dislocan el tiempo y el espacio; intertextualidad y palimpsesto. Con estos recursos, Leñero y Pirandello crean atmósferas envolventes que (con)funden realidad y ficción: una cámara de tortura que requiere la rebelión de las marionetas que se agitan en el escenario. Gracias al "teatro en el teatro", estos dos grandes dramaturgos se insertan en la herencia más sorprendente del teatro del siglo XX.