A Hugo Wirth le obsesiona que lector y espectador puedan revolcarse en el lodo de los personajes, en su sangre, en su fetidez, en lo que ansían sin lograr, y en el tránsito hacia la consecución de su anhelo, aunque el precio implique la autodestrucción.
Intervenciones es una obra compleja y sin concesiones, un texto dramático cabal y lacerante, con personajes vivos, reconocibles, que conduce al lector por el retorcido deseo y la soledad de un manipulador, un hombre adicto a la adrenalina y al sexo, al control sin límite de existencias cercanas.
Personajes cautivos, ya sea de su búsqueda de respuestas a enigmas vitales, de una migaja de atención, o de un poco de afecto, se encuentran hundidos en su hastío, desde donde rastrean todo signo de libertad, de hallazgo, de placer y sosiego.
Dramaturgo con oficio y rigor, Wirth investiga, pone a prueba, desgaja y expone sin piedad esa parte que el ser humano insiste en sojuzgar durante toda su vida: el fragmento lóbrego que define a alguien inaceptable, plagado de grietas internas, de esa insuficiencia creciente que todos padecemos.
Alegría Martínez.
