En nuestra época, cuando el desarrollo de los medios audiovisuales pone a nuestro alcance un repertorio infinito de historias en imágenes, es difícil entender a cabalidad el impacto que el teatro tenía en los espectadores de siglos pretéritos y el papel que jugaba en la sociedad. La facilidad con la que accedemos al cine y a la televisión, ha ocasionado que el teatro, una manifestación antiquísima de la cultura universal, haya quedado relegado a un espectáculo minoritario, incluso en aquellos países con una tradición teatral muy arraigada.