En este libro, la poesía ofrece un descanso del mundo. Cartografía las grietas en el asfalto, busca los rayos de sol que se alcanzan a colar entre los edificios, agiganta los silencios que sobreviven al escándalo urbano. Al nombrarla invoca una pausa, y sus lectores entramos a un ámbito microscópico donde el tiempo se detiene.
Este artefacto lírico y experiencial contiene el paisaje íntimo donde el ser se reconoce cuerpo y conciencia estrechamente unidos, una fotografía donde padre e hijo coinciden en la eternidad por gracia del amor, caminatas sin rumbo fijo pero con destino inaplazabe, supermercados donde ocurren visiones urgentes.
El título de este libro ofrece una imagen —moléculas irradiadas que se fugan a velocidades extremas— y una clave de lectura: cada poema es un instante sobrecargado de sentido, vitalidad, significado; alude a esa poesía que experimentamos y que, aunque existe apenas por un momento, reordena la percepción que tenemos de la vida.
